Durante todo el período del enfrentamiento armado interno el Ejército de Guatemala forzó ilegalmente a miles de jóvenes a incorporarse a sus filas y a participar directamente en las hostilidades. El reclutamiento forzado, de carácter discriminatorio en contra de la población maya, incluyendo además a muchos menores de 15 años de edad, revistió el carácter de una violación a la libertad personal.1
La CEH concluye que la guerrilla reclutó forzadamente a civiles, incluso menores, incurriendo con ello en atentados contra la libertad personal.