Vivir hechos violentos cambia para siempre la vida de las personas y de los grupos sociales que los sufren. La violencia afecta todas las dimensiones de la persona, desde lo individual hasta las relaciones con el entorno y con las personas que convive. Estos impactos son inmediatos, pero también se manifiestan a mediano y largo plazo.

El recuento de los daños y de las víctimas de la violencia puede cuantificarse parcialmente, pero en realidad, no puede verse en su justa dimensión, porque también ha habido daños no visibles.  Sin embargo, a través de los testimonios de muchas personas, se hizo evidente que los impactos de la violencia durante el conflicto armado interno no sólo afectaron en lo material y lo político, también en el campo psicológico y espiritual; sin embargo, a pesar de tanta violencia y terror, también se hicieron evidentes experiencias significativas de solidaridad, de sobreponer la vida y la dignidad ante la aniquilación y el horror.

 En la presente publicación se hace un breve intento de reconstruir una serie de complejas y distintas experiencias que la violencia política dejó a nivel individual, familiar y comunitario, en la infancia y de las mujeres.  También se hace énfasis e la forma en que las personas buscaron posibles explicaciones a lo sucedido y las formas de enfrentar la violencia que sufrieron en esos años.

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